Nadando en el perdón
El rostro de mil pecados se encontraba atrapado en aquella ventana. Ya no quedaba nadie de ningún lado. Solo un rostro sin arrepentir flotando en la reja del perdón.
Los deseos
Rebeca ya estaba cansada de escuchar la misma historia de realidades y decepciones.
Tu vida no es el torrente del universo dijo impaciente. Siempre te estas quejado que no hay tranquilidad. En nueva york nunca vas a encontrar tranquilidad. Esta ciudad no esta hecha para anidar esperanzas. Ademas para que necesitas tranquilidad? que es de ella que la anoras tanto?
Mirando la oscuridad mas alla de la ventana conteste en silencio.
Deseamos lo que no tenemos. Tenemos lo que deseamos, y perseguimos el aroma de una sombra que siempre arrastramos. Creemos que la vida va ser mejor si la miramos con optimismo. O peor si la leemos en las noticias de las seis. Creo que sí pudiéramos besar el presente no habría necesidad de desear nada. Pero deseamos. y de deseos estamos hechos. es lo que nos motiva a caminar, a tirar nuestras lagrimas en cualquier esquina. a notar la ausencia de lo que dejamos de que ya no tendremos.
Es verdad este lugar esta hecho de ruidos y nosotros de deseos. No escuche respuesta. Al mirar sobre mi hombro me di cuenta que estaba solo. Que la voz de Rebeca era el eco de una memoria distante atrapada en una botella de vino. Un espejismo que compartio un momento en el mapa del tiempo. Un insesante instante en una ciudad amedrentada de sonidos ambivalentes creada por los deseos de tenerte cerca. y es que Rebeca se habia ido hace mucho. y con ella todos mis deseos.
InCuicaltl inxochitl
Así nació el movimiento
en una maraña de luz viva
el circulo etéreo de aquella serpiente que fue fuego
los cantos fatuos de los distantes abuelos
Así fue como llamaron al principio y su continuidad
todo comenzó con un simple latido
pam pam,
pam pam
pam pam,
Eran los sonidos del un interior inquieto
a punto de saltar,
una alegoría de colores zigzagueantes
partiendo de un centro hecho de copal,
quien sangra humeante como un espejo,
al compás de corazones libres perecederos.
arrebatados, liberados de su prisión corpórea
eterna ofrenda de aquél que dibuja caminos
quien abraza culebras
quien invoca los cuatro senderos
quien derrama vida en cada paso
esta es tu danza Tonatiuh
es tu canto, es tu flor
fue tu principio y tu hoy
Lagrima Celeste
Lloro mastico y maldigo
cuando abro los ojos y encuentro la nada.
Solo un silencio sordo lleno de miradas
como quisiera extender tu manto a lo largo de mi regazo
para cubrirme de ti
cada noche que me hace falta valor para crecer sin miedo
lloro mastico te maldigo si tengo frío.
pero no me muevo ni respiro
por que soy necio
cuando me río esa parte que me hace rodar
por el llano
camino lento a lo largo del llanto
se me nota cuando no duermo
mis ojos se deslizan sonámbulos buscando,
arando en silencio
y es que ya no vienes
y estoy cansado de esperarte
lloro mastico y maldigo si tengo frío
pero no me muevo ni respiro
por que soy necio
como quisiera extender tu manto a lo largo de mi regazo
para cubrirme de ti
cada noche que me hace falta valor para crecer sin miedo
sin frio
Speaking in Fragments
Batalla adentro
un tsunami negro arrastraba una pequeña multitud en una playa. recuerdo bien, era de noche y olía a sal mientras el agua cerraba su manto sobre nosotros.
Por alguna razón estaba en un pueblo costero. no fue hasta el siguiente día donde empapado y cansado caminaba por una calle empedrada cuesta arriba.
llegué al hotel y entre a mi habitación lleno de rojo, donde mi hermana arreglaba las camas con flores amarillas.
me detuvo y me miro con curiosidad – y John? – me pregunto
Perplejo sentí como la sangre se me paraba de golpe y entendí que John estaba en la playa, estaba conmigo la noche anterior salí corriendo buscando la playa.
Al llegar a la orilla note construcciones a mi izquierda. las cuales estaban abiertas a la mitad. Como si fueran una lamina de anatomía. Mostrando una disección casi perfecta. La mitad ausente fue reclamada por las oscuras aguas. Lo que quedo eran solo ruinas. Fue como mirar un hormiguero enlatado en vidrio donde personas caminaban confundidas como tratando de hablar a si mismas.
A mi derecha la humedad ocultaba el horizonte en una niebla mañanera. A la distancia la playa se extendía por kilómetros cubierta de cuerpos alineados. algunos semienterrados entre la arena y el gentil va y ven del las olas. los rostros se dibujaban a través de un paño empapado de arena y el llanto espumoso del agua. quise reconocer uno de los rostros. Hincado en su pecho ya sepultado por las olas no pude recordar si el era John o era yo tendido en la playa.